Il Parco della Rimembranza
Rodeado de jardines, el camino que conduce desde el Piazzale Michelangelo en S. Miniato al Monte, el Parque Memorial de la Cruz Roja Italiana, es el lugar que la Cruz Roja Italiana en Florencia a dedicado a la memoria de su caídos durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. La pequeña parcela de tierra, ahora rodeada por una valla y cerrada por una puerta, justo debajo de las paredes del Cimitero delle Porte Sante, alberga veintisiete cipreses plantados en memoria de los 54 miembros caídos de Corpo Militare e alle Infermiere Volontarie del Centro di Mobilitazione CRI Firenze durante las dos guerras y un árbol de ciprés en memoria de todos aquellos que murieron en tiempos de paz.
Al final de la Primera Guerra Mundial, el Comité de Florencia decidió recordar a sus muertos plantando en el patio de su casa en Lungarno Soderini algunos cipreses, se impuso una placa con el nombre de los caídos. En 1941, sin embargo, el entonces Presidente de la Comisión, marqués Niccolò Antinori, solicitó a la zona de la ciudad que rodea el cementerio de Monte alle Croci dedicarle «un alojamiento más digno y decente en el Parque». Así fue que en ese mismo año, después de establecerse en los 28 asignados cipreses con sus platos, el 6 de junio del mismo año el nuevo Parque Memorial se dedicó con motivo de las celebraciones anuales de la fundación de la Cruz Roja Italiana.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el monumento fue descuidado y olvidado poco a poco con el tiempo, pero en 1994, gracias a la intervención dell’VIII Centro di Mobilitazione, el Parque Memorial volvió a la vida: los nuevos árboles se han plantado en su lugar de los que ahora se secaron, la valla se ha fijado, las placas en memoria de los caídos finalmente volvió a su lugar; frecuentes ceremonias en honor al lugar de nuevo. El parque se ha recuperado para que la dignidad que un monumento a la memoria merece no sólo por su valor histórico y simbólico, sino también por el respeto debido a aquellos que sacrificaron sus vidas voluntariamente y con valor rescate de las víctimas del campo de batalla, la misión de la Cruz Roja nació con un espíritu de auto-sacrificio, el servicio y la verdadera humanidad.
Si vas para arriba en la colina, después de admirar el espectáculo que ofrece el panorama de Florencia, a los hombros de Piazzale Michelangelo, mármol o muro de piedra de San Miniato al Monte, haz una pausa por un momento delante de los cipreses y escuchar su voz en silencio a contar la historia de los hombres y mujeres murieron persiguiendo un ideal que sigue vivo y fuerte como un alma voluntarios llama, muchos al servicio de los débiles, los pobres, los más desesperados en el mundo.
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